Corail
2014-12-07 21:37:12 UTC
Hola a todos:
Visitando los museos ferroviarios del país podemos encontrar trenes históricos de muchas épocas, pero da la impresión de que una "mano negra" no nos deja ver lo que ocurrió en los años 80. Me refiero a los trenes de largo recorrido y especialmente a los nocturnos.
Se supone que además de proporcionar fondos documentales y conservar el material asignado, los museos deberían servir para informar a la gente "no iniciada" de lo que ha sido el ferrocarril para la sociedad. Si no hay instalaciones o material móvil, qué menos que poner fotos, publicidad de la época o incluso una reproducción del interior de algún tren de largo recorrido.
Yo, que soy muy malpensado, tengo una teoría para explicarlo... Y es que todos los trenes que vemos en los museos nos muestran una realidad de la que hoy podríamos reírnos, porque supuestamente estamos mejor. Así podemos ver los archipresentes coches de madera, los antiguos coches salón con olor a naftalina y si vamos acercándonos al material más moderno, lo único que podemos ver son automotores con butacas de "eskay" o cierto material que, siendo mucho más moderno, hoy queda ridiculizado al lado del diseño actual.
Pero no vemos coches camas de la serie moderna, ni coches restaurante, ni coches de butacas de departamentos, ni talgos pendulares, ni otro material equivalente y retirado, con más años de historia que algunas de las piezas de museo del parque de cercanías (como las 440... y no tengo nada en contra de las 440 o las suizas).
Solo hay una excepción en toda España. El museo de Monforte, que va un poco por libre y quizá por eso, se salta las normas no escritas, y ya solo por eso, merece la pena y mucho, visitar.
Es un contrasentido que nos creamos muy modernos mientras nos hacinamos en aviones de Ryanair o en autobuses en los que nos tiramos una decena de horas, porque el tren de largo recorrido es ahora otro avión más, pero con un precio prohibitivo.
Ahora que las grandes aerolíneas nos muestran las cabinas de primera clase con asientos muy anchos y reclinables que casi parecen camas, o incluso que ya son camas (en ciertos A380), el resto de medios de transporte están especializándose en ofrecer asientos raquíticos e incómodos de narices, haciéndonos olvidar que en los 80 y en los 90, podíamos viajar cómodamente tumbados y durmiendo en casi todos los trenes nocturnos. Incluso teníamos servicios ferroviarios con restauración en la plaza que en el caso de los talgos diurnos, ofrecían comida normal (cocinada a bordo), a precio competitivo.
¿Por qué no aparece nada de esto en los museos?. ¿Es que hemos avanzado tanto que no recordamos lo que nos hemos perdido?, ¿O es que no interesa que lo recordemos?
¡ale!... creo que ya tenemos debate, ¿no?
Visitando los museos ferroviarios del país podemos encontrar trenes históricos de muchas épocas, pero da la impresión de que una "mano negra" no nos deja ver lo que ocurrió en los años 80. Me refiero a los trenes de largo recorrido y especialmente a los nocturnos.
Se supone que además de proporcionar fondos documentales y conservar el material asignado, los museos deberían servir para informar a la gente "no iniciada" de lo que ha sido el ferrocarril para la sociedad. Si no hay instalaciones o material móvil, qué menos que poner fotos, publicidad de la época o incluso una reproducción del interior de algún tren de largo recorrido.
Yo, que soy muy malpensado, tengo una teoría para explicarlo... Y es que todos los trenes que vemos en los museos nos muestran una realidad de la que hoy podríamos reírnos, porque supuestamente estamos mejor. Así podemos ver los archipresentes coches de madera, los antiguos coches salón con olor a naftalina y si vamos acercándonos al material más moderno, lo único que podemos ver son automotores con butacas de "eskay" o cierto material que, siendo mucho más moderno, hoy queda ridiculizado al lado del diseño actual.
Pero no vemos coches camas de la serie moderna, ni coches restaurante, ni coches de butacas de departamentos, ni talgos pendulares, ni otro material equivalente y retirado, con más años de historia que algunas de las piezas de museo del parque de cercanías (como las 440... y no tengo nada en contra de las 440 o las suizas).
Solo hay una excepción en toda España. El museo de Monforte, que va un poco por libre y quizá por eso, se salta las normas no escritas, y ya solo por eso, merece la pena y mucho, visitar.
Es un contrasentido que nos creamos muy modernos mientras nos hacinamos en aviones de Ryanair o en autobuses en los que nos tiramos una decena de horas, porque el tren de largo recorrido es ahora otro avión más, pero con un precio prohibitivo.
Ahora que las grandes aerolíneas nos muestran las cabinas de primera clase con asientos muy anchos y reclinables que casi parecen camas, o incluso que ya son camas (en ciertos A380), el resto de medios de transporte están especializándose en ofrecer asientos raquíticos e incómodos de narices, haciéndonos olvidar que en los 80 y en los 90, podíamos viajar cómodamente tumbados y durmiendo en casi todos los trenes nocturnos. Incluso teníamos servicios ferroviarios con restauración en la plaza que en el caso de los talgos diurnos, ofrecían comida normal (cocinada a bordo), a precio competitivo.
¿Por qué no aparece nada de esto en los museos?. ¿Es que hemos avanzado tanto que no recordamos lo que nos hemos perdido?, ¿O es que no interesa que lo recordemos?
¡ale!... creo que ya tenemos debate, ¿no?