Alboroto
2015-06-25 20:41:22 UTC
http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/efecto-llamada-4300091
Miércoles, 24 de junio del 2015
Efecto llamada
CARLOS MONTAÑES
Un grupo de vendedores en el Parc Güell, ayer por la mañana.
La gran mayoria de los hombres que se dedican al top manta en las calles
de Barcelona provienen de Senegal. En invierno recogen chatarra y
aprovechan el verano para vender bolsos, gafas o camisetas del Barça de
imitación. En los últimos días, tanto los Mossos d'Esquadra como la
Guardia Urbana han detectado que hay muchos más de los que había al
principo del verano pasado en la ciudad. «Se ha producido un claro
efecto llamada. Estamos pidiendo documentación a gente que viene de toda
Catalunya. Nos cuentan que aquí ahora sí se puede vender», explica un
policía.
Y los manteros, ¿qué cuentan? A ellos les cuesta hablar por temor. Pero
los pocos que acceden a hacerlo explican que desde hace unos días la
Guardia Urbana no les persigue ni les quita la mercancía. Solo les exige
que recojan. «Nos escondemos en el metro. Esperamos a que se vayan y
volvemos otra vez. Hay más tranquilidad», dice un joven de Dakar.
Algunos policías también cuentan que los vendedores son cada vez más
violentos. Este diario fue testigo el lunes de un violento encontronazo
entre una veintena de manteros y un caporal y tres agentes de la UPS de
la Urbana en la estación de metro de plaza de Catalunya. Los vendedores
se enfrentaron a patadas con los tres agentes.
En el sector del comercio local hay inquietud por las políticas que
pueda seguir el nuevo gobierno municipal, tanto en materia puramente
comercial como en seguridad. Ya lo avanzó este diario tras las
contundentes palabras de Luis Sans, presidente de Amics del Passeig de
Gràcia, que alertaba de que el colectivo no permitirá «que se cruce una
línea roja» que afecte a este sector económico. Y ayer lo suscribían
otros actores, con el aguijón del robo con cierta violencia que sufrió
hace dos días la presidenta del eje comercial del Born, Marga Domingo.
La empresaria no duda de que hay menos agentes en la calle y afirma que
tras una larga temporada de calma, en pocos días han entrado a robar en
dos establecimientos de la zona, al margen de su atraco en plena calle.
Javier Cottet, al mando de Barna Centre, no duda de que la presencia de
manteros se ha incrementado por el mensaje de Colau de «quitar potencia
a la Guardia Urbana», que habría propulsado un efecto llamada entre
estos y otros buscavidas. «No es bueno para la ciudad», dice, crítico
porque la Guardia Urbana les dice que no tienen órdenes claras de sus
superiores políticos, mientras que estos «se ven desbordados por el
relevo». Tampoco les gustó que los «poderes públicos» intervinieran en
el conflicto laboral del edificio de Telefónica. «Ahora nos interesa la
paz social y estar todos en el mismo barco y no la lucha de clases
propia del siglo XX», remata.
El líder de la patronal Barcelona Oberta, Gabriel Jené, que aglutina a
todos los ejes turísticos, admite que no sabe si la seguridad ha
empeorado o no en Barcelona, pero constata «una sensación de psicosis
entre los comerciantes». «Hay cierta alarma y todos hemos pedido
reunirnos con la alcaldesa o con alguien en quien delegue, pero
necesitamos un interlocutor».
Desde el comercio de barrio, Vicens Gasca, presidente de la Fundació
Barcelona Comerç también aguarda reunirse con Colau. El tema del top
manta está en la mesa porque «aumenta en verano», pero no considera que
el cambio de gobierno haya sido el detontante y pide calma y
«colaboración de todos». Más que policía en la calle, Gasca reclama
afrontar de raíz la venta ilegal, evitando que las falsificaciones
lleguen ya a los grupos de manteros
Miércoles, 24 de junio del 2015
Efecto llamada
CARLOS MONTAÑES
Un grupo de vendedores en el Parc Güell, ayer por la mañana.
La gran mayoria de los hombres que se dedican al top manta en las calles
de Barcelona provienen de Senegal. En invierno recogen chatarra y
aprovechan el verano para vender bolsos, gafas o camisetas del Barça de
imitación. En los últimos días, tanto los Mossos d'Esquadra como la
Guardia Urbana han detectado que hay muchos más de los que había al
principo del verano pasado en la ciudad. «Se ha producido un claro
efecto llamada. Estamos pidiendo documentación a gente que viene de toda
Catalunya. Nos cuentan que aquí ahora sí se puede vender», explica un
policía.
Y los manteros, ¿qué cuentan? A ellos les cuesta hablar por temor. Pero
los pocos que acceden a hacerlo explican que desde hace unos días la
Guardia Urbana no les persigue ni les quita la mercancía. Solo les exige
que recojan. «Nos escondemos en el metro. Esperamos a que se vayan y
volvemos otra vez. Hay más tranquilidad», dice un joven de Dakar.
Algunos policías también cuentan que los vendedores son cada vez más
violentos. Este diario fue testigo el lunes de un violento encontronazo
entre una veintena de manteros y un caporal y tres agentes de la UPS de
la Urbana en la estación de metro de plaza de Catalunya. Los vendedores
se enfrentaron a patadas con los tres agentes.
En el sector del comercio local hay inquietud por las políticas que
pueda seguir el nuevo gobierno municipal, tanto en materia puramente
comercial como en seguridad. Ya lo avanzó este diario tras las
contundentes palabras de Luis Sans, presidente de Amics del Passeig de
Gràcia, que alertaba de que el colectivo no permitirá «que se cruce una
línea roja» que afecte a este sector económico. Y ayer lo suscribían
otros actores, con el aguijón del robo con cierta violencia que sufrió
hace dos días la presidenta del eje comercial del Born, Marga Domingo.
La empresaria no duda de que hay menos agentes en la calle y afirma que
tras una larga temporada de calma, en pocos días han entrado a robar en
dos establecimientos de la zona, al margen de su atraco en plena calle.
Javier Cottet, al mando de Barna Centre, no duda de que la presencia de
manteros se ha incrementado por el mensaje de Colau de «quitar potencia
a la Guardia Urbana», que habría propulsado un efecto llamada entre
estos y otros buscavidas. «No es bueno para la ciudad», dice, crítico
porque la Guardia Urbana les dice que no tienen órdenes claras de sus
superiores políticos, mientras que estos «se ven desbordados por el
relevo». Tampoco les gustó que los «poderes públicos» intervinieran en
el conflicto laboral del edificio de Telefónica. «Ahora nos interesa la
paz social y estar todos en el mismo barco y no la lucha de clases
propia del siglo XX», remata.
El líder de la patronal Barcelona Oberta, Gabriel Jené, que aglutina a
todos los ejes turísticos, admite que no sabe si la seguridad ha
empeorado o no en Barcelona, pero constata «una sensación de psicosis
entre los comerciantes». «Hay cierta alarma y todos hemos pedido
reunirnos con la alcaldesa o con alguien en quien delegue, pero
necesitamos un interlocutor».
Desde el comercio de barrio, Vicens Gasca, presidente de la Fundació
Barcelona Comerç también aguarda reunirse con Colau. El tema del top
manta está en la mesa porque «aumenta en verano», pero no considera que
el cambio de gobierno haya sido el detontante y pide calma y
«colaboración de todos». Más que policía en la calle, Gasca reclama
afrontar de raíz la venta ilegal, evitando que las falsificaciones
lleguen ya a los grupos de manteros