Discussion:
Pesimismo
(demasiado antiguo para responder)
Corail
2017-01-01 14:16:58 UTC
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Hola a todos:

Hace 30 años mi profesor de ciencias sociales nos explicaba que los servicios públicos garantizaban el acceso a ciertos derechos como el transporte, la educación o la sanidad, que permitían y facilitaban la vida de cualquier persona en el territorio de la nación. Era esa época en la que acababan de nacer las autonomías y en la que Renfe aparecía en los periódicos tres o cuatro veces al años para recordarnos el gran déficit que arrastraba.

La vida de la ciudad era muy golosa para la gente del campo que hasta entonces se había estado ganando la vida aguantando "pertinaces sequías" y para la de la industria que cerraba ante la pérdida de competitividad.

Mi profesor nos explicaba que gracias a los servicios públicos aún se mantenían las poblaciones no urbanas y nos ponía el ejemplo de los países de economías liberales, como EEUU, en los que esos servicios públicos se consideraban un lujo y como tal, había que pagarlos con el bolsillo de cada uno.

En esa época las estaciones de las ciudades y pueblos eran un hervidero de gente (local y de paso). El foco donde se concentraba buena parte de la vida de la población, en la omnipresente cantina o en los alrededores, donde siempre se encontraban los negocios más importantes (farmacias, oficinas de correos y también las tiendas más importantes).

Hace 15 años en este mismo grupo participaba una buena cantidad de Amigos del Ferrocarril y de Ferroviarios. Además de los coloquios sobre historia ferroviaria y normativa, una buena parte de las conversaciones se centraba en el futuro del ferrocarril y en los despropósitos que se cometían a la hora de clausurar algunos servicios y/o alterar las condiciones del servicio público.

Con el tiempo muchos de aquellos contertulios lograron trabajar en las empresas que antes admiraban y buena parte de los ferroviarios se fueron jubilando. Hoy el ferrocarril es ya otra cosa. Se asume que los cambios son irreversibles y que además el futuro pasa por una liberalización inminente en todos los sentidos. Ahora solo cuatro tarados se atreven a reivindicar un servicio ferroviario mínimo entre las estaciones de los pueblos y damos por hecho que desaparecerán todos los servicios nocturnos, los trenes regionales tradicionales, las consignas de las estaciones y algunas líneas bien vivas y llenas de salud en 2003 como la Robla, el Ferrol-Gijón, el Directo de Burgos y la comunicación con Portugal por Abrantes.

Se da por hecho que el futuro del ferrocarril es de alta velocidad, que las mercancías desaparecerán en breve, que las comunicaciones internacionales son cosa del avión y que el futuro laboral pasa por la subcontratación y la politización de las inversiones.

Ya no hay iniciativas de la Afición. Unas veces la culpa la tienen los jefazos de Adif, otras la estúpida lucha entre aficionados y la mayoría de las veces, nuestra propia resignación, porque es más fácil cruzarse de brazos y pensar que no merece la pena luchar ya más contra la corriente.

Hace tiempo, 30 años o más, eso de intentar cambiar el mundo era cosa de estudiantes, de revolucionarios y de comunistas. Ahora es una idea muy vintage.

Protestamos contra todo, menos lo que nos da de comer (mientras nos esté dando de comer, claro). Bien. Está claro cómo es el futuro que nos espera. Con un presente así solo queda imaginar el futuro poniéndose en lo peor... A todos aquellos que lograron auparse al gigante que está destruyendo el ferrocarril por dentro les deseo un futuro largo y próspero, pero querría que pensasen que a nuestra generación aún le quedan entre 20 y 30 años de vida laboral (si Montoro no pone más)... Dudo mucho que podamos mantener el espejismo de la Alta Velocidad todo ese tiempo... Se pueden cambiar las cosas, pero esto va a ser como lo del cambio climático... Puede ser que cuando nos demos cuenta de cómo va a acabar la película ya sea muy tarde para cambiar el guión.

Podríamos unirnos, dejar de lado nuestras diferencias y luchar por un bien común pero... viendo aquellas peleas que había también en este foro y las que hay en otros foros hoy en día... en fin. Se me antoja difícil que nada cambie a mejor.

En fin... Aún sigo creyendo en los milagros, me siguen gustando los trenes y tengo alguna esperanza en la capacidad de cambio de la especie humana. Si alguien cree que se puede hacer aún algo y quiere intentarlo, puede contar conmigo para lo que necesite.

Feliz año 2017. Ojalá ésto sea algo más que un sarcasmo.
Javier Gutiérrez - UNO
2017-01-14 00:31:07 UTC
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Hola, apenas entro en el foro más que por nostalgia, la conversación se fue, en todo su amplio sentido.

Entiendo que el tren para mucha gente, mucha de verdad, no es más que otro medio de transporte, solo importa que llegue a tiempo, tarde lo menos posible y mejor con una buena oferta.

Otros, los menos, aprovechamos el traslado para Viajar. Con enlaces absurdos en algunos casos, como ir de Madrid a Albacete vía Badajoz, con paradas y transbordos innecesarios en algunos casos. Siempre que puedo, intento cambiar los viajes funcionales por Viajes con paisajes, con gente y con estaciones con su historia marcada en las piedras.

Pero no nos engañemos, somos minoría y es difícil convencer a quien ve el ferrocarril, que no es ave, como algo anticuado y que hay que "modernizar". Estos suelen ser los políticos, son los que llevan la voz cantante para vendernos estas simplificaciones de las cosas a los que nos están acostumbrando.

Tratar de convencer que puedes tener una infraestructura a 200km/h que te da el servicio que necesitas en vía única, es más difícil que proponer vía doble a 300km/h sin más explicaciones, todos contentos.

Sobre qué podemos hacer, soy pesimista, los que podemos poner en el debate (que no imponer) otros puntos de vista, somos molestos y gente rara que le gustan los trenes o las vías. Eso sin hablar de los permanentemente exaltados.

Hay ahora varias páginas tipo blog, temáticas, con varios autores especialistas en lo suyo, que suelen tener crear artículos sensatos y de referencia para quien quiera leerlos, en algún caso los medios se hacen eco por la autoridad del sitio. Lógicamente no son "opinólogos" sino profesionales o gente muy preparada. He visto de economía, de psicología, de ciencia, etc. No se si hay algo funcionando de ferrocarril. Creo recordar que hubo una, Geotren, que se acercaba a esa idea.

Feliz 2017 para quien quiera serlo.
Post by Corail
Hace 30 años mi profesor de ciencias sociales nos explicaba que los servicios públicos garantizaban el acceso a ciertos derechos como el transporte, la educación o la sanidad, que permitían y facilitaban la vida de cualquier persona en el territorio de la nación. Era esa época en la que acababan de nacer las autonomías y en la que Renfe aparecía en los periódicos tres o cuatro veces al años para recordarnos el gran déficit que arrastraba.
La vida de la ciudad era muy golosa para la gente del campo que hasta entonces se había estado ganando la vida aguantando "pertinaces sequías" y para la de la industria que cerraba ante la pérdida de competitividad.
Mi profesor nos explicaba que gracias a los servicios públicos aún se mantenían las poblaciones no urbanas y nos ponía el ejemplo de los países de economías liberales, como EEUU, en los que esos servicios públicos se consideraban un lujo y como tal, había que pagarlos con el bolsillo de cada uno.
En esa época las estaciones de las ciudades y pueblos eran un hervidero de gente (local y de paso). El foco donde se concentraba buena parte de la vida de la población, en la omnipresente cantina o en los alrededores, donde siempre se encontraban los negocios más importantes (farmacias, oficinas de correos y también las tiendas más importantes).
Hace 15 años en este mismo grupo participaba una buena cantidad de Amigos del Ferrocarril y de Ferroviarios. Además de los coloquios sobre historia ferroviaria y normativa, una buena parte de las conversaciones se centraba en el futuro del ferrocarril y en los despropósitos que se cometían a la hora de clausurar algunos servicios y/o alterar las condiciones del servicio público.
Con el tiempo muchos de aquellos contertulios lograron trabajar en las empresas que antes admiraban y buena parte de los ferroviarios se fueron jubilando. Hoy el ferrocarril es ya otra cosa. Se asume que los cambios son irreversibles y que además el futuro pasa por una liberalización inminente en todos los sentidos. Ahora solo cuatro tarados se atreven a reivindicar un servicio ferroviario mínimo entre las estaciones de los pueblos y damos por hecho que desaparecerán todos los servicios nocturnos, los trenes regionales tradicionales, las consignas de las estaciones y algunas líneas bien vivas y llenas de salud en 2003 como la Robla, el Ferrol-Gijón, el Directo de Burgos y la comunicación con Portugal por Abrantes.
Se da por hecho que el futuro del ferrocarril es de alta velocidad, que las mercancías desaparecerán en breve, que las comunicaciones internacionales son cosa del avión y que el futuro laboral pasa por la subcontratación y la politización de las inversiones.
Ya no hay iniciativas de la Afición. Unas veces la culpa la tienen los jefazos de Adif, otras la estúpida lucha entre aficionados y la mayoría de las veces, nuestra propia resignación, porque es más fácil cruzarse de brazos y pensar que no merece la pena luchar ya más contra la corriente.
Hace tiempo, 30 años o más, eso de intentar cambiar el mundo era cosa de estudiantes, de revolucionarios y de comunistas. Ahora es una idea muy vintage.
Protestamos contra todo, menos lo que nos da de comer (mientras nos esté dando de comer, claro). Bien. Está claro cómo es el futuro que nos espera. Con un presente así solo queda imaginar el futuro poniéndose en lo peor... A todos aquellos que lograron auparse al gigante que está destruyendo el ferrocarril por dentro les deseo un futuro largo y próspero, pero querría que pensasen que a nuestra generación aún le quedan entre 20 y 30 años de vida laboral (si Montoro no pone más)... Dudo mucho que podamos mantener el espejismo de la Alta Velocidad todo ese tiempo... Se pueden cambiar las cosas, pero esto va a ser como lo del cambio climático... Puede ser que cuando nos demos cuenta de cómo va a acabar la película ya sea muy tarde para cambiar el guión.
Podríamos unirnos, dejar de lado nuestras diferencias y luchar por un bien común pero... viendo aquellas peleas que había también en este foro y las que hay en otros foros hoy en día... en fin. Se me antoja difícil que nada cambie a mejor.
En fin... Aún sigo creyendo en los milagros, me siguen gustando los trenes y tengo alguna esperanza en la capacidad de cambio de la especie humana. Si alguien cree que se puede hacer aún algo y quiere intentarlo, puede contar conmigo para lo que necesite.
Feliz año 2017. Ojalá ésto sea algo más que un sarcasmo.
Corail
2017-01-26 17:48:56 UTC
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Hola Javier:
Muy interesante tu post. Hace días que tenía ganas de contestar.
Sé que la gente "de la calle" no tiene por qué entrar en el debate sobre la Alta Velocidad versus tren convencional. No es lógico que lo hagan porque es muy difícil opinar sobre algo si las noticias que te llegan por los medios de comunicación ya te polarizan. Solo hay que ver cómo la gente salta al manido ejemplo de los vagones de madera y la locomotora de vapor en cuanto criticas el Ave.

Creo que el debate debería ser un poco más técnico y concretamente me refería a todos aquellos que hace 10 años participaban en el foro. Me refiero a gente iniciada que conoce las dos alternativas y sabe perfectamente qué ventajas y que inconvenientes tiene cada una.

Hablamos del tren convencional con el chip del servicio que se prestaba hace años, con un déficit que impedía ejecutar variantes, mejorar prestaciones y actualizar el material móvil. El problema es que se ha invertido mucho dinero público en un tipo de servicio con poca rentabilidad social. Si se hubiese destinado la cuarta parte del dinero gastado en mejorar la red convencional ni siquiera tendrías que evocar la nostalgia del viaje por encima de la eficiencia del desplazamiento porque tendrías ambos.

Cuando se inauguró la línea de alta velocidad de Madrid a Sevilla se programó un Talgo que aprovechaba la vía del Ave para ir de Madrid a Málaga. Ese tren "solo" podía alcanzar los 200Km/h, pero tardaba poco más que el niño mimado de la alta velocidad. Como era más barato pronto se llenó de viajeros que iban de Madrid a Sevilla. ¿Qué hizo Renfe?. Penalizó el billete para que fuese más rentable ir en Ave. ¿Era el Talgo200 un tren de madera con máquina de vapor?. Pues no.

¿Era más rápido el Ave por ir a 250Km/h?. Pues tampoco.
El Ave era rápido porque el trazado era nuevo. Habría sido igual de rápido si la vía fuese de ancho convencional y ahí está el problema. Desde entonces no se ha informado al público. El márketing de Renfe dice que solo hay dos opciones. El Ave y el tren de la fresa. Lo que no es Ave, necesariamente se parece al fresa.

Esto lo sabemos muchos. Lo saben también ciertas personas que antes participaban en los foros y que ahora están integrados en la nueva Renfe o la nueva Adif. No hay nada más dañino que la generalización o los estereotipos. Ahora se habla de pasado y futuro, de tren convencional y de Ave, de vagones de madera y de composiciones futuristas. Todo lo que no es una cosa, es la otra. Ese es el error y comprendo que los políticos exploten ese error porque les va el sueldo y los resultados electorales en ello, pero no debería ser el planteamiento del ferroviario.

Un tren convencional a 200Km/h que utilizase los túneles del Guadarrama tardaría dos horas y media hasta Valladolid y tres y media a León, pero con todas las ventajas y comodidad del tren convencional. Pero este tipo de propuestas no interesan porque el Ave es opaco. Nadie puede ver cómo se hacen las cosas.

En fin. No planteo una vuelta a los ochenta, sino un tipo de ferrocarril mucho más "sostenible" que el actual.
Javier Gutiérrez - UNO
2017-01-28 12:27:52 UTC
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Totalmente de acuerdo, yo también abogo por un tren totalmente funcional y que cubra un mayor espectro de servicios que solo Ave.

Lo de la nostalgia, bueno, era una faceta. También uso el tren para transporte como todos, no siempre puedo convertirlo en excursión.

Soy pesimista porque lo que se demanda es ave y autovías, ave porque mi pueblo no va a ser menos y autovías porque al final es lo que "necesito". Así nos lo venden, así nos lo aprendemos.

Y mejor no entremos en mercancías, ¿verdad?

Un saludo
Corail
2017-02-02 18:35:04 UTC
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Post by Javier Gutiérrez - UNO
Y mejor no entremos en mercancías, ¿verdad?
Un saludo
¿Mercancías?. Ya casi no recuerdo lo que era eso.
En Asturias y en la segunda mitad de los años 90 Renfe se fue cargando todo el tráfico de mercancías que había con la meseta. Primero fueron los graneles, supongo que porque el carbón asturiano no era ya competitivo, pero luego fueron el resto de graneles (cementos, maderas, etc). Después se fundieron los TECOS y acabarán cuando se carguen el lechero diario y los siderúrgicos. Por mucha vocación de transporte y por muy buenas que sean las relaciones entre Renfe y CLA, acabará por descubrirse que no era rentable ese transporte. Lo triste es que el principado se gastó una pasta gansísima en el nuevo puerto de Gijón para nada.

Pero aún nos quedaba Feve. Trenes mucho más humildes y pequeños pero constantes. Los bobineros que cruzaban la costa cantábrica de este a oeste tenían mucho movimiento aunque eso implicase hacer maniobras en plena estación de Jovellanos en Gijón o dar vida al ramal de Trasona.
Ahora todo eso es historia. Desde que Renfe cogió a Feve le ha contagiado la metástasis. En breve habrá que escuchar a cualquier estúpido decir que en realidad era lógico y previsible porque no es natural transportar mercancías en tren.
Y mientras tanto los altos responsables de la antigua UNE de Mercancías siguen en sus puestos hasta que se vayan jubilando sin que se pueda insinuar siquiera que todo esto huele a podrido desde hace tiempo. Al menos las compañías aéreas que desaparecen tienen la vergüenza torera de poner de patitas en la calle a todos... Desde los más curritos hasta la Jefatura.
En cinco o seis años ya no existirán las mercancías, pero sus actuales responsables seguirán cobrando lo mismo sin experimentar la incertidumbre de quien hace naufragar cualquier otro tipo de empresa.

Pero es lo que queremos ¿no?. Los camiones alegran las autopistas... a este paso nos moriremos de alegría.
Gracias y perdona, de nuevo, por el rollo.

JMTrigos
2017-01-15 08:51:41 UTC
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Feliz año, hace 30 años el escepticismo mas que pesimismo ya existía.
Saludos.

"Corail" <***@montefaro.es> escribi� en el mensaje news:c38af303-8072-428b-bcdb-***@googlegroups.com...
Hola a todos:

Hace 30 años mi profesor de ciencias sociales nos explicaba que los
servicios públicos garantizaban el acceso a ciertos derechos como el
transporte, la educación o la sanidad, que permitían y facilitaban la vida
de cualquier persona en el territorio de la nación. Era esa época en la que
acababan de nacer las autonomías y en la que Renfe aparecía en los
periódicos tres o cuatro veces al años para recordarnos el gran déficit que
arrastraba.

La vida de la ciudad era muy golosa para la gente del campo que hasta
entonces se había estado ganando la vida aguantando "pertinaces sequías" y
para la de la industria que cerraba ante la pérdida de competitividad.

Mi profesor nos explicaba que gracias a los servicios públicos aún se
mantenían las poblaciones no urbanas y nos ponía el ejemplo de los países de
economías liberales, como EEUU, en los que esos servicios públicos se
consideraban un lujo y como tal, había que pagarlos con el bolsillo de cada
uno.

En esa época las estaciones de las ciudades y pueblos eran un hervidero de
gente (local y de paso). El foco donde se concentraba buena parte de la vida
de la población, en la omnipresente cantina o en los alrededores, donde
siempre se encontraban los negocios más importantes (farmacias, oficinas de
correos y también las tiendas más importantes).

Hace 15 años en este mismo grupo participaba una buena cantidad de Amigos
del Ferrocarril y de Ferroviarios. Además de los coloquios sobre historia
ferroviaria y normativa, una buena parte de las conversaciones se centraba
en el futuro del ferrocarril y en los despropósitos que se cometían a la
hora de clausurar algunos servicios y/o alterar las condiciones del servicio
público.

Con el tiempo muchos de aquellos contertulios lograron trabajar en las
empresas que antes admiraban y buena parte de los ferroviarios se fueron
jubilando. Hoy el ferrocarril es ya otra cosa. Se asume que los cambios son
irreversibles y que además el futuro pasa por una liberalización inminente
en todos los sentidos. Ahora solo cuatro tarados se atreven a reivindicar un
servicio ferroviario mínimo entre las estaciones de los pueblos y damos por
hecho que desaparecerán todos los servicios nocturnos, los trenes regionales
tradicionales, las consignas de las estaciones y algunas líneas bien vivas y
llenas de salud en 2003 como la Robla, el Ferrol-Gijón, el Directo de Burgos
y la comunicación con Portugal por Abrantes.

Se da por hecho que el futuro del ferrocarril es de alta velocidad, que
las mercancías desaparecerán en breve, que las comunicaciones
internacionales son cosa del avión y que el futuro laboral pasa por la
subcontratación y la politización de las inversiones.

Ya no hay iniciativas de la Afición. Unas veces la culpa la tienen los
jefazos de Adif, otras la estúpida lucha entre aficionados y la mayoría de
las veces, nuestra propia resignación, porque es más fácil cruzarse de
brazos y pensar que no merece la pena luchar ya más contra la corriente.

Hace tiempo, 30 años o más, eso de intentar cambiar el mundo era cosa de
estudiantes, de revolucionarios y de comunistas. Ahora es una idea muy
vintage.

Protestamos contra todo, menos lo que nos da de comer (mientras nos esté
dando de comer, claro). Bien. Está claro cómo es el futuro que nos espera.
Con un presente así solo queda imaginar el futuro poniéndose en lo peor... A
todos aquellos que lograron auparse al gigante que está destruyendo el
ferrocarril por dentro les deseo un futuro largo y próspero, pero querría
que pensasen que a nuestra generación aún le quedan entre 20 y 30 años de
vida laboral (si Montoro no pone más)... Dudo mucho que podamos mantener el
espejismo de la Alta Velocidad todo ese tiempo... Se pueden cambiar las
cosas, pero esto va a ser como lo del cambio climático... Puede ser que
cuando nos demos cuenta de cómo va a acabar la película ya sea muy tarde
para cambiar el guión.

Podríamos unirnos, dejar de lado nuestras diferencias y luchar por un bien
común pero... viendo aquellas peleas que había también en este foro y las
que hay en otros foros hoy en día... en fin. Se me antoja difícil que nada
cambie a mejor.

En fin... Aún sigo creyendo en los milagros, me siguen gustando los trenes
y tengo alguna esperanza en la capacidad de cambio de la especie humana. Si
alguien cree que se puede hacer aún algo y quiere intentarlo, puede contar
conmigo para lo que necesite.

Feliz año 2017. Ojalá ésto sea algo más que un sarcasmo.
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